LA FILOSOFÍA DE UN MOCHILERO
No pretendo contar una
historia específica acerca de un viaje singular o de un lugar en particular,
pero quiero hacer especial énfasis a mi experiencia como "BACKPACKER"
(mochilero) y para esto tendré que resumir mi historia en tan solo pocas
líneas.
Originalmente
soy de Guatemala; Nací, crecí, y me desarrollé como persona y como profesional
en este rincón del
mundo; os puedo asegurar que fui feliz. No soy nacionalista y odio serlo y no me agrada conocer gente que cree que su país es el mejor menospreciando a otros, porque creo que cada lugar y rincón de este planeta tiene bellezas increíbles.
mundo; os puedo asegurar que fui feliz. No soy nacionalista y odio serlo y no me agrada conocer gente que cree que su país es el mejor menospreciando a otros, porque creo que cada lugar y rincón de este planeta tiene bellezas increíbles.
Soy
contable, estudié administración y finanzas en la Universidad, trabajé durante
13 años en la banca, y también trabajé como corredor de bolsa en la Bolsa de Valores
de Guatemala; un apasionante y excelente trabajo pero muy agotador y debido al
estrés y falta de descanso por casi más de 2 o 3 años, decidí tomar unas
vacaciones.
Decidí
viajar a Israel, gracias a la insistencia de una amiga que trabajaba en la Embajada
de ese país, claro fue un viaje planificado, económicamente estudiado y sabía a
donde iba y con quien iba, y qué iba a realizar. No tarde mucho en darme cuenta
que aún tenía mucho que ver y mucho que conocer del mundo, de las gentes y de
las distintas culturas, y poco a poco fui comprendiendo que; "Existía
mucho mundo más allá de la esquina de mi casa".
Durante
mi estancia en uno de los muchos kibbutzim en Israel me hice amigo de una
pareja alemana y un sueco y después de transcurridos los 6 meses que tenía
planificado llegó una de las decisiones más difíciles que he tenido que tomar
en muchos aspectos de mi vida;
-
Debería regresar a la seguridad económica, emocional que tenía en Guatemala, o
-
Debía darme una oportunidad a mí mismo para darle rienda suelta a ese
sentimiento que había surgido a consecuencia de escuchar la historias de otros
y descubrir lo que había más allá de mis propias fronteras. No fue una decisión
fácil, fueron noches sin conciliar el sueño y días de meditación; por una parte
mi cerebro me decía que era una locura, que había construido mucho como para
dejarlo atrás sin más, pero estaba mi corazón; quien me decía constantemente
que había mucho camino por recorrer y que había senderos que jamás había soñado
y esta era mi oportunidad. No sabré con exactitud si hice o no lo correcto pero
decidí renunciar hasta lo que ahora había conocido y me decidí por recorrer el
camino de lo 'desconocido'.
Junto
con mis nuevos amigos nos fuimos a vivir a Londres donde trabaje mucho, lo cual
me brindó la oportunidad de viajar por casi toda Europa; plan turista. Lo que
inicialmente fue un plan de estar únicamente por 3 meses se convirtió en una
estancia mucho más prolongada. Viví en Londres 1 1/2 años donde tuve que
vivir experiencias agradables y no muy agradables, donde fui conociendo de
mejor manera y desde una perspectiva diferente lo que significaba el verdadero
concepto de la amistad.
Pasado
estos meses muchas veces de zozobra y otros de mucha alegría decidí irme a
Suecia por un tiempo. Aunque este país escandinavo es precioso no había nacido
para soportar el gélido invierno así que regresé a Israel nuevamente y me quedé
allá 3 años más. Creo que ha sido una de las etapas más felices de mi vida, a
pesar de la inseguridad a consecuencia de la ola de violencia y de terror que
se vivía en esos días de la 3ra. Intifada.
Aparentemente
había renunciado a la vida profesional que tenía anteriormente para saborear
tiempos en los que no tenía más obligaciones que distribuir bien mí tiempo de
ocio. Después de transcurridos los 3 años, tiempo que debo confesar pasó
demasiado rápido para mi gusto, fue cuando decidí realizar un viaje en
solitario, pero era un viaje planificado al Sureste de Asia, era un viaje por
Tailandia estaba perfectamente tallado, pulido, sabía exactamente a donde iba,
donde dormiría y tenía el presupuesto de cada día, tenía planeado que visitaría
y aun más... que medios utilizaría para viajar.
Cuando
estaba visitando mi segundo destino al norte de Bangkok inicie a conocer gente
que como yo tenía el deseo de descubrir el país pero de forma distinta, no era
exactamente hacer, ni ir a donde todo turista normal y corriente va, querían
descubrir nuevos caminos, nuevos lugares, esa idea me encantó ya que deseaba
ser una nueva corriente de turista... quería ser un mochilero. Claro está que
no descubrí el agua azucarada, porque como yo los han habido miles y aun los
habrán muchísimos más.
Recuerdo que con un amigo
francés, Thierry, a quien conocí cuando íbamos casi colgados en un autobús de
una ciudad a otra, decidimos alquilar una moto para cada uno y así poder
recorrer por villas, aldeas y pueblos donde no existe el transporte común, o al
menos es muy difícil el acceso para los turistas normales, fue una pasada, lo disfrutamos
mucho, nos dimos cuenta que existe un idioma universal, aunque
no nos entendíamos con palabras con los locales si que recibimos su
hospitalidad y también su generosidad.
El
viaje estaba resultando fascinante ya que tuve la oportunidad de viajar en
moto, barco, tren, caballo, elefante, tuk tuk, incluso aunque no me gusto lo
tuve que hacer me llevaron en india en carros tirados por hombres, viaje
autobuses, fuera de autobuses, sobre autobuses, en jeep, sobre, y fue así que
poco a poco fui conociendo y entendiendo que ser mochilero no era únicamente
buscar el lugar mas barato para dormir ni el medio de transporte mas precario,
no... cuando estaba en el sur de Laos conocí a una chica preciosa, española y
otros amigos de Suiza e Irlanda, los cuatro decidimos ser un mochilero de
verdad, yo aun no lo comprendía y luego meses mas tarde tuve la oportunidad de
darme cuenta que aun no lo había comprendido, había viajado al sur de
Tailandia, asistí a una de las fiestas mas famosas en las islas del sur, LA FIESTA
DE LA LUNA LLENA (Full moon party) y al regreso hacia Bangkok tuvimos necesidad
de tomar un tren, haríamos un viaje que duraba 14 horas, así que en esa
oportunidad viajaba con Sarah, una sueca a quien había conocido el año anterior
en Israel, ella deseaba que viajáramos en 2da. clase, yo tan ignorante como
inocente, recordaba aun mis palabras y promesas que hicimos en el Sur de Laos,
quería ser un mochilero, así que insistí que viajaría en 3ra. clase junto con
el resto de los tailandeses normales... Sarah por no dejarme solo o por no
viajar ella sola, me acompaño. Fue una de las experiencias mas duras en mi
vida, no fueron 14 horas, finalmente fueron 15 en sillas de madera súper
incomodas y con temperaturas de 40 grados, yo al igual que Sarah a quien arrastre
por mi necedad la pasamos muy mal y entendí que no era eso la esencia de ser un
mochilero de verdad. Un mochilero o un verdadero backpacker es disfrutar de las
cosas sencillas, no estar sujeto al tiempo o circunstancias, buscamos lugares
que no sean exactamente los spots Numero Uno, aquellos lugares de los cuales
todas las guías turísticas nos dice que debemos de ver, no involucramos mas con
la gente, deseamos conocer sus costumbres, su forma de alimentación, su idioma,
viajamos en burro cuando hay que viajar en burro pero si tengo la opción de
viajar en 2da. clase en lugar de 3ra. clase se que debo cuidarme a mi mismo
también así que ahora escogería la 2da. clase.
No
le tenemos miedo a caminar, sabéis nunca en la vida he caminado tanto, recuerdo
cuando estaba en Nepal y deseaba ver unos templos y era día festivo y no había
transporte, pues tome mi mochila, claro sin mucha ropa a la espalda camine los
26 kilómetros que me separaban y realmente conocí lo que deseaba conocer... no
eran únicamente los templos, sino que los monjes que allí habitaban mostraron
su generosidad conmigo que supe era mi recompensa y realmente valió la pena,
(era un templo budista.)
Al
terminar mi viaje después de casi un año, creo que no soy la misma persona que
inicio ese viaje, físicamente? tampoco, perdí para mi alegría casi 19 kilos,
mentalmente... totalmente abierto a la vida, ahora soy ciudadano del mundo, no
me creo mas y tampoco me creo menos, aprendí que este mundo es muy grande, y
hay muchas cosas que ver y sobre todo mucho que aprender. Que el ser humano es
humano donde quiera que este, no importa su color de piel o el idioma que
hable. Ser mochilero es ser respetuoso consigo mismo primero, con el medio
ambiente que lo rodea y sobre todo con el semejante, con aquellos a quienes
invadimos "SU" territorio y mucho menos intentamos explotarlo o
engañarlo.
Así
que si estas planeando un viaje, atrévete, toma tu mochila sobre tus hombros, inicia
a caminar, no importa si vas solo, seguro que encontraras al igual que yo a
miles con el mismo sentir y llegaras a tener muchísimos amigos...
...
al final y sabrás que has hecho el viaje de tus sueños
Cruzando el Río Mekong entre Tailandia y Laos
Cruzando un riachuelo en el norte de Tailandia
Thierry peleando por el mejor lugar en el techo del camión
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mi correo es
elbulli22@hotmail.com
Atte.
Juan Salvador
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Juan Salvador
Eres una persona extraordinaria, y no solamente pasas por el mundo conociendo nuevos rincones, sino que pasas por el corazón de todas las personas que conoces y dejas una huella imborrable que es tu amistad, tus enseñanzas y tu alegría!
Sigue caminando y conociendo espero que algun dia pueda volver a estrechar tu mano!
Fred Carbo