Cada estación del
año tiene su encanto, hay quienes nos gusta más el invierno que el verano,
otros disfrutan mucho más de la primavera que del otoño, pero lo cierto es que
sea la estación que vivamos, la debemos de disfrutar al máximo, porque cada
estación tiene su encanto.
En Madrid tenemos
el privilegio de disfrutar cada una de las estaciones y tenemos espacios como
jardines y parques donde la naturaleza nos da un baño de alegría. Un
árbol en flor es uno de aquellos espectáculos de la naturaleza que nos llaman
poderosamente la atención por su belleza. El hecho de ver el almendro florido
nos está avisando de la inminente llegada de la primavera y nos llena el ánimo
de alegría por lo que significa de dejar atrás los fríos y oscuros días del
invierno.
El Parque de la
Quinta de los Molinos es un espacio dentro de la ciudad en la que podemos
observar y dar la bienvenida de primera mano a la Primavera con el
florecimiento del almendro ya que el almendro florece muy pronto, en
cuanto la temperatura sobrepasa los seis grados. Antes de que aparezcan las
hojas, la copa explota en una exuberancia de flores blancas
La mitología
griega explica esta simbología a través del mito de los amantes Fílide y
Acamante. Todas las civilizaciones que han conocido el almendro se han
regocijado ante la vista de los primeros almendros encendidos símbolos del amor
juvenil.
El Parque de la
Quinta de los Molinos es considerado un Jardín Histórico Este jardín fue
propiedad del conde de Torre Arias. En el año 1920 lo regala al arquitecto
alicantino César Cort Botí, que era profesor de Urbanismo en la Escuela de
Arquitectura así como concejal del Ayuntamiento. Éste construyó un jardín de
tipo mediterráneo. A su muerte, el parque quedó semi-abandonado.
En septiembre de
1980 se cedió al Ayuntamiento de Madrid una extensión de 25 hectáreas, el
parque incluye grandes extensiones de arbolado, en el que se puede encontrar
una gran cantidad de olivos, pinos, y eucaliptos, aunque la estrella del parque
son los almendros, que florecen en febrero, ofreciendo un fantástico
espectáculo.
Este parque tiene
varios accesos por metro y yo he utilizado a través de la Estación de Metro
Suanzes (L5 ) que es la más directa ya que saliendo de la estación estas
directamente a la entrada del Parque.
Llegué con muchas
expectativas y, debo admitir que no me decepcionó para nada sino al contrario,
me sorprendió muchísimo la belleza que encierra este parque ya que la entrada
no es muy atractiva y tan solo entrar se puede ver un sendero largo y desde el
primer minuto se observa muchas familias completas, con los niños corriendo por
todas partes, muchas parejas, y conforme vas adentrándote en el parque inicias
a ver los primeros almendros, una explosión de colores suaves, flores de color
rosa pálido y blancas, cuando te acercas ves en cada flor un diseño perfecto y
colores perfectamente combinados.
El paseo es perfecto también para hacerlo en bicicleta ya que es permitida la entrada y el parque es bastante grande para disfrutar del paseo.
Se puede ver a grandes grupos de familias o de amigos intentando tomarse
fotografías al completo, veía que con grande dificultad intentaban poder
hacerse una “Selfie” en condiciones, incluso vi grupos de turistas japoneses. .
La alegría y
algarabía estaba en el ambiente. Cuando
cruzas los campos sin césped de los almendros empiezas a ver árboles frondosos
y mucho verde y un sonido muy relajante de agua corriendo, y hemos llegado a un
pequeño Lago con una fuente en el centro que es muy relajante. Si continuamos caminando hay una rosaleda que
en esta época aún no tiene flores, pero al final hay un pequeño jardín con
flores de muchos colores al lado de la Casa Palacio.
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