EL CAMPO DEL MORO:
No os ha pasado que muchas veces nos gusta descubrir y viajar a lugares exóticos y desconocemos rincones de encanto en nuestra propia ciudad? Madrid tiene lugares que son mas o menos conocidos pero que muchas veces desconocemos y es por ello que me gustaría darte a conocer los lugares que a mi me apasionan caminar y visitar.
En esos días en los que el sol brilla sobre Madrid y no tienes un plan específico o, sencillamente deseas escaparte del ruido de la gran urbe, puedes dar un paseo por los Jardines del Campo del Moro, ya que está situado en la zona central de la ciudad.
En esos días en los que el sol brilla sobre Madrid y no tienes un plan específico o, sencillamente deseas escaparte del ruido de la gran urbe, puedes dar un paseo por los Jardines del Campo del Moro, ya que está situado en la zona central de la ciudad.
Es el lugar
perfecto para traer un libro y leerlo con tranquilidad o puedes venir con tu
cámara porque, estoy seguro que podrás hacer buenas fotografías ya que cuenta con paseos y
veredas muy bonitos que serán el blanco perfecto de tu cámara. Un paseo muy
agradable al que sólo se tiene acceso desde el Paseo de la Virgen del Puerto, ya
que es la única de las tres puertas de este jardín que sirve de entrada y
salida para los visitantes
Este jardín
fue declarado de interés histórico-artístico en el año 1931, está ubicado en la
parte occidental del Palacio Real hasta el Paseo de la Virgen del Puerto. Los
jardines se caracterizan por salvar un pronunciado desnivel, provocado por el
barranco existente entre el palacio y las riberas del río Manzanares. Este
hermoso enclave de la ciudad fue trazado en 1844 pero las obras de
ajardinamiento no pudieron llevarse a cabo hasta finales del siglo XIX.
Es uno de
los tres recintos ajardinados que adornan el entorno del Palacio Real, pero, a
diferencia de los otros dos (los Jardines de Sabatini y la Plaza de Oriente),
su gestión no corresponde al Ayuntamiento de Madrid, sino a Patrimonio
Nacional, organismo del que dependen las posesiones que estuvieron en manos de
la Corona Española.
Un poco de historia:
Resulta que
en el año 1109, en su intento por reconquistar Madrid, las tropas musulmanas,
dirigidas por Alí Ben Yusuf, acamparon en esta ladera, a la espera de lanzar
sus ataques para poder recuperar la ciudad.
De aquél
episodio histórico derivo el nombre por el que hoy lo conocemos, el ‘Campo del
Moro’. Obvia decir que las intentonas del caudillo musulmán no tuvieron éxito y
que tiempo más tarde se tuvo que retirar mientras que Madrid quedaba en manos
de los cristianos.
La idea de
levantar una zona recreativa en el paraje que hoy ocupa el Campo del Moro es
anterior a la edificación del Palacio Real de Madrid. Los primeros intentos
surgieron en tiempos de Felipe II (1527-1598), quien encargó un proyecto para
salvar el desnivel existente entre el Real Alcázar, en cuyo solar fue erigido
el palacio actual, y la hondonada del río Manzanares. Sin embargo, tal
iniciativa no pudo llevarse a efecto.
Posteriormente,
Felipe IV (1605-1665), que utilizaba el lugar con fines cinegéticos, ordenó
inicialmente la plantación de diferentes especies arbóreas, mayoritariamente
olmos.
Con la
construcción del Palacio Real, cuyas obras comenzaron en 1738, cuatro años
después del incendio del Alcázar, fueron realizados numerosos planes de
ordenación del recinto, que no pudieron materializarse ante la escasez de agua,
las dificultades que ofrecía el terreno y la ausencia de recursos económicos.
Finalmente,
se pudo llevar a cabo el diseño del arquitecto Juan de Villanueva (1739-1811),
con el que se conectaba, mediante una gruta artificial (denominada: Túnel de
Bonaparte), el Palacio Real con los jardines de la Casa de Campo, situados al
otro lado del río Manzanares. Fue excavada en 1810, durante el reinado de José
I, un año antes de la muerte de Villanueva.
Paisajísticamente
el parque está dominado por las arboledas, configuradas siguiendo los gustos
románticos de la época, dentro de los cuales algunos sobresalen como:
-
Las Praderas de las Vistas del Sol. Fue el arquitecto Narciso Pascual y Colomer (1808- 1870) quien concibió un gran paseo que, siguiendo la dirección de este-oeste, comunicaría directamente el Palacio Real con las riberas del río Manzanares. Se encuentra flanqueada por un arbolado y presenta una amplia mediana, ajardinada con una pradera dispuesta en dos grandes tramos y custodiada a ambos lados por un paseo de tierra.
Las Praderas de las Vistas del Sol. Fue el arquitecto Narciso Pascual y Colomer (1808- 1870) quien concibió un gran paseo que, siguiendo la dirección de este-oeste, comunicaría directamente el Palacio Real con las riberas del río Manzanares. Se encuentra flanqueada por un arbolado y presenta una amplia mediana, ajardinada con una pradera dispuesta en dos grandes tramos y custodiada a ambos lados por un paseo de tierra.
- Las Puertas de entrada
- Fuente de las Conchas. Fue
creada por Ventura Rodríguez a finales del siglo XVIII. Inicialmente decoró los
jardines del Palacio del Infante don Luis en Boadilla del, hasta su traslado al
Campo del Moro en 1845, donde ocupa el centro de la avenida. Fue esculpida por
Francisco Gutiérrez Arribas y Manuel Álvarez el Griego. Al igual que la Fuente
de los Tritones, estos personajes mitológicos constituyen su motivo principal.
También está hecha en mármol blanco.
-
Fuente de los Tritones. Se levanta a los pies de la fachada occidental del palacio, en el punto más alto de la avenida y de todo el recinto. Fue construida en Italia en el siglo XVII (o probablemente a finales del siglo XVI) y trasladada a España en 1656, año en el que Felipe IV ordenó instalarla en el Jardín de la Isla (Aranjuez, Madrid). En 1846 fue colocada en su emplazamiento actual. Labrada en mármol blanco, toma su nombre de las cuatro esculturas de tritones mitológicos situadas en su base.
Fuente de los Tritones. Se levanta a los pies de la fachada occidental del palacio, en el punto más alto de la avenida y de todo el recinto. Fue construida en Italia en el siglo XVII (o probablemente a finales del siglo XVI) y trasladada a España en 1656, año en el que Felipe IV ordenó instalarla en el Jardín de la Isla (Aranjuez, Madrid). En 1846 fue colocada en su emplazamiento actual. Labrada en mármol blanco, toma su nombre de las cuatro esculturas de tritones mitológicos situadas en su base.
Así que ya
sabéis que este jardín maravilloso no solo encierra belleza, sino también
historia y está rodeado de un ambiente de paz y tranquilidad en medio de la
ciudad. Es bastante fácil de llegar, si
vamos en cercanías (líneas C1, C7 y C10) o metro (líneas 6, 10 y R) la parada es la de Príncipe Pio. Así que al
salir de ella sencillamente cruzamos la calle de la Cuenta de San Vicente y
continuando sobre el Paseo de la Virgen del Puerto. Lamentablemente hasta el
momento de escribir este artículo no es posible entrar con bicicletas y tampoco
tienen las facilidades para anclar bicicletas a la entrada.
Así que hemos
conocido un rincón de encanto en Madrid así que espero que lo disfrutéis tanto
como yo
Información adicional:
Dirección: Paseo de la Virgen del Puerto,
s/n, 28058 Madrid
Precio: Entrada libre
Horario de
Apertura: Horario de Verano (Abril – Sept)
De lunes a sábado 10:00 -20:00
Domingos y festivos 09:00
-20:00
Horario de Invierno
(Oct – Mar)
De lunes a sábado 10:00 -18:00
Domingos y festivos 09:00
-18:00
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